El dimensionar la escuela como un organismo que palpita, se transmuta y transita por una serie de fases de empoderamiento frente al devenir del tiempo permite esgrimir el lastre hegemónico de saberes emulados o adaptados a nuestro Sistema Educativo Colombiano que desde la visión positivista desde las directrices del M.E.N busca delimitar, rotular o encasillar con Planes de Estudio que apenas permean el inminente proceso de interculturalidad que representa contexto latinoamericano como resultado de procesos de migración, desplazamiento,vulneración de derechos y /o emancipación frente a la opresión sistemática de las regiones menos favorecidas frente al determinismo geo-político al que se enfrentan como destino.
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