Es ampliamente conocido que el sector eléctrico, por su capacidad de integrar energía renovable, es esencial para conseguir la descarbonización de la economía. Lo que es más novedoso es el papel absolutamente fundamental que juegan las redes de transporte y distribución ya que, como elemento integrador del sistema eléctrico, son la clave para que las inversiones en renovables o en autoconsumo reduzcan las emisiones de manera eficaz.
Las redes se enfrentan a un reto de profunda transformación, necesitan hacerse más inteligentes para poder suministrar un servicio de calidad cada vez mayor....
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