Gabriel García Martínez, Enrique Silvestre Esteve
Tradicionalmente, la estructura económica de las zonas rurales ha estado basada en el sector primario. Al menos ésta ha sido la percepción general, pues este sector y particularmente la agricultura, ha dejado de ser la principal actividad económica de las zonas rurales. La agricultura ha estado sujeta a un largo y continuado proceso de ajuste, lo que sumado al desarrollo experimentado por la industria y los servicios, le ha llevado a perder notoriedad en las economías rurales. La terciarización de las zonas rurales, es ya una realidad. En la actualidad, las actividades encuadradas en el sector servicios, constituyen las principales fuentes generadoras de empleo en las zonas rurales. Los cambios producidos han modelado una nueva realidad social y económica en las zonas rurales que permite afirmar la existencia de una “nueva economía rural”.
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