Se ha demostrado que la violencia criminal tiene efectos nocivos sobre los periodistas que la reportan. En México han proliferado las “zonas de silencio”, lugares donde los medios no generan noticias sobre el crimen organizado. Ante la violencia algunos diarios han optado por la autocensura mientras que otros han persistido en cubrir estos temas. ¿Cómo puede explicarse esta variación? Aquí argumento que la prensa se restringe cuando la violencia coincide con estrategias de censura gubernamental, común en regímenes híbridos. La evidencia proviene de una base de datos propia que reúne los titulares de los principales diarios locales de México.
Previous studies have shown that criminal violence has pervasive effects on journalists who report it. In Mexico, the so-called “zones of silence” have proliferated. In these places the media have quit reporting about organized crime. In violent contexts some local newspapers have opted for self-censorship while others remain actively reporting. How can we explain these variations? I argue that criminal violence has a deterrence effect over the media only when and where government censorship strategies are undertaken simultaneously, as it is common in hybrid regimes. The evidence comes from an original database of the main local newspapers in Mexico.
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