“Vea, juzgue, actúe”. Ese ha sido el método mediante el cual la doctrina social de la Iglesia ha implorado a los católicos abordar los retos económicos y políticos de nuestra época. Primero y, ante todo, el “ver” implica observar con los ojos de Cristo en lugar de hacerlo a través del prisma de nuestra propia ideología. Pero ver inevitablemente implica elecciones acerca de qué vemos, y de la amplitud y profundidad de lo que tomamos en cuenta. En este sentido, lamentablemente, el campo de visión de la doctrina social católica moderna parece ser bastante más limitada de lo que tendemos a percatarnos y por tanto es menos efectiva para ayudar a los católicos y a otros cristianos a atajar muchos temas económicos. Desde los lúgubres prospectos de desempleo en Europa hasta la pobreza en el mundo en vías de desarrollo.
"See, judge, act.” Such has been the method by which modern Catholic social teaching has urged Catholics to approach the political and economic challenges of our time. First and foremost, the “seeing” involves looking with the eyes of Christ rather than through the prism of our own ideology. But seeing inevitably entails choices concerning what we look at and the breadth and depth of what we take into account. In that respect, alas, the field of vision of modern Catholic social doctrine appears to have been far more limited than often is realized, and so it is less effective in helping Catholics and other Christians address many economic issues, ranging from Europe’s bleak unemployment prospects to poverty in the developing world.
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