Durante el gobierno de la Unidad Popular (3 de noviembre de 1970-11 de septiembre de 1973) la figura del trabajador fabril acaparó el interés de parte de la producción cinematográfica dentro del país. Realizadores audiovisuales, nacionales e internacionales, volcaron parte de su trabajo en registrar el testimonio de muchos obreros y empleados industriales, caracterizando a su vez las propias coyunturas del periodo en torno a la producción manufacturera.
Esta experiencia, materializada en modo documental o docuficción, visualizó un discreto repertorio de fábricas o establecimientos manufactureros emplazados en la ciudad de Santiago, así como fragmentos de la propia organización del trabajo en el interior de estos. Herramientas y máquinas comparecieron supeditadas a procesos específicos detentados por la actividad manufacturera en sí, trascendiendo – concomitante a los testimonios hablados -, como parte de un quehacer productivo y cotidiano propio de lo que podríamos llamar un testimonio tecnológico del periodo. En otras palabras, parte de las realizaciones cinematográficas, tal vez sin buscárselo, visualizaron al trabajador industrial - abiertamente idealizado en el periodo -, caracterizándolo, en el mejor de los casos, desde las propias actividades manufactureras y la organización del trabajo en torno a esta, configurando un panorama del espacio de trabajo al interior de muchas fábricas. El presente ensayo, distinguiendo parte de estas realizaciones cinematográficas[1], se buscará articular una descripción de este testimonio tecnológico, aproximando caracterizaciones redundantes en comprobar la tesis de que no todas las fábricas o establecimientos manufactureros eran lo mismo, es decir, una entidad económica abstracta encasillada en consignas político-productivas en el periodo[2]. Muy por el contrario, dicho testimonio puede abrir un amplio territorio de preguntas para interrogar al propio proceso de la Unidad Popular y correlativamente al devenir de los espacios de trabajo dentro de este. [1] Para el presente en ensayo se distinguirán al menos cinco producciones, ‘Prohibido pisar las nubes’ (Kramarenco, 1970) y ‘Morir un poco’ (Covacevich, 1966) como parte de una tematización introductoria, y ‘A la mierda los patrones’ (Ambrosi & Ambrosi, J., 1972), ‘Metamorfosis del jefe de la policía política’ (Soto, 1973) y ‘El Poder Popular’ (Guzmán, 1979) como casos de estudio representativos. Sin embargo, aunque sería posible considerar también realizaciones como ‘El Realismo Socialista’, película inconclusa de Raúl Ruiz (1972-73), o parcialmente algunas de las realizaciones del Cine Experimental de la Universidad de Chile en el periodo, no creemos que su comparecencia varíe las observaciones de este ensayo.
[2] Sin ir más lejos, consignas en pro del gobierno de la Unidad Popular como “ganemos la batalla de la producción”, o los propios debates promocionadas por CUT en el periodo en torno a la participación de los trabajadores al interior de las fábricas estatizadas por el gobierno, comparecieron como imperativos de compleja y diferenciada administración por parte de los trabajadores, tematizadas, según las propias características y capacidades tecnológicas de cada establecimiento manufacturero en sintonía con las propia capacidad de organización del trabajo.
During the government Unidad Popular (November 3, 1970 - September 11, 1973), the figure of the factory worker captured the interest of part of the cinematographic production in the country. National and international filmmakers devoted part of their work to recording the testimony of many workers and industrial employees, characterizing the very circumstances of the period in terms of manufacturing production and the organization of labor. This experience, materialized in documentary or docufiction form, showcased a discreet repertoire of factories or manufacturing establishments located in the city of Santiago, as well as sequences of factory activities within them. Workers, tools, and machines appeared as statements of specific productive processes held by the manufacturing activity itself, transcending – in conjunction with spoken testimonies – as a material input of a productive and daily task, typical of what we could call a technological testimony of the period. This article seeks to approach a characterization of this testimony, thematizing and distinguishing that not all factories or manufacturing establishments were the same, that is, an abstract economic entity pigeonholed in political-productive slogans in the period; on the contrary, it is proposed that this technological testimony can help to open up the field of manufacturing production as a fertile territory to question the process of “Unidad popular” itself and correlatively the evolution of the manufacturing spaces within it.
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