Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Resumen de Calderón entre líneas: osadía y heterodoxia a escena con el Teatro Corsario

Gema Cienfuegos Antelo

  • español

    Fernando Urdiales, miembro fundacional y director de Teatro Corsario hasta su muerte en 2010, creía que la dramaturgia calderoniana rezumaba más dialéctica que pedagogía, en contra de la opinión de gran parte de la crítica: «Calderón no plasma opiniones personales en sus obras, permite que sus personajes se expresen y deja que el espectador lo reciba y discierna, tiene esa gran habilidad». Esta concepción suya explica, al menos en parte, la absoluta libertad con que el director artístico de Corsario escogió para llevar a escena un auto sacramental, El gran teatro del mundo (1990), un drama prerromántico, Amar después de la muerte (1993), de un par de piezas de su teatro breve para el espectáculo, su obra cumbre, La vida es sueño (1995) y una fiesta mitológica, El mayor hechizo, amor (2000). Recientemente, ya sin su capitán original, Teatro Corsario ha vuelto a las andadas calderonianas con uno de los dramas más intensos y controvertidos del maestro áureo: El médico de su honra, dirigido por uno de los actores corsarios más veteranos, Jesús Peña, el artífice de los espectáculos de marionetas. En este artículo pretendemos escudriñar qué tiene Calderón para ser autor emblemático del Teatro Corsario; cuáles son las lecturas que hace la compañía de las obras de nuestro dramaturgo y cómo se plasman en la estética (y en la poética) de sus montajes. Contamos para ello con el archivo personal de Fernando Urdiales legado por el director de Corsario al Ayuntamiento de Olmedo, en el cual se incluyen todo tipo de documentación gráfica, sus dramaturgias y los cuadernos de dirección.

  • English

    Fernando Urdiales, founding member and director of Teatro Corsario until his death in 2010, believed that Calderón's dramaturgy was more dialectic than pedagogical in nature. This belief ran contrary to the dominant critical posture. According to Urdiales, "Calderón does not articulate personal views in his works, he allows his characters to express themselves and lets the viewer perceive and interpret the characters' views. Calderón has this great ability." This attitude explains, at least in part, the absolute freedom with which Corario's artistic director staged a number of Calderón's works: a short religious play, El gran teatro del mundo (1990), a pre-romantic drama, Amar después de la muerte (1993), a couple of pieces from among his short plays for the performance of Clásicos locos (1994), his masterpiece, La vida es sueño (1995) and a mythological fiesta, El mayor hechizo, amor (2000). Recently, and without its original spearhead, Teatro Corsario has gone back to the established Calderón with one of the most intense and controversial dramas by the Golden Age master: El médico de su honra, directed by one of the great veterans among Corsario actors, Jesús Peña, the creator of puppet shows. In this article, I intend to examine the characteristics that make Calderón an emblematic author for Teatro Corsario, the company's readings of his works and how they are reflected in the aesthetics (and poetics) of its stagings. I also make use of Fernando Urdiales' personal papers, bequeathed by the director of Corsario to the city council of Olmedo, which include much graphic documentation, his dramatic adaptions and notebooks.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus