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Resumen de El sentido del trabajo y su centralidad en las sociedades democráticas: pensamiento y acción en Simone Weil

José Luis Monereo Pérez

  • español

    Para Simone Weil el trabajo bajo condiciones capitalistas de organización de la producción (con la utilización instrumental de las fuerzas productivas: maquinaria y tecnología, incluidas) se realiza a través de mecanismos de opresión institucionalizada, siendo la relación de trabajo un típica relación de poder/dominación social. De este modo, las fuerzas productivas (los medios) acaban por sustituir a los fines; a la par que los trabajadores son considerados como simples “factores productivos” (racionalidad instrumental). En estas condiciones de subordinación o sometimiento al poder del empresario la situación real de los trabajadores es la de pérdida de la libertad y de toda posibilidad de creatividad en el trabajo. Todo ello le conduce a Simone Weil a defender “un trabajo no servil”. En la sociedad industrial la forma del trabajo asalariado (condición proletaria) es generadora del desarraigo obrero. Es así, que la instauración generalizada de un “trabajo no servil” -no basado en el sometimiento y en la pérdida del sentido “espiritual” del trabajo-, debe suponer la supresión de la condición proletaria deshumanizada sustituyéndola por la condición de ciudadanía laboral respetuosa de la dignidad de la persona que trabaja. Este el sentido de una propuesta de “Estatuto del Trabajo” de contenidos reformistas radicales. Para ello el movimiento obrero debe organizarse a fin de crear unas nuevas bases de organización de la empresa y la mejora sistemática de las condiciones de trabajo. Piensa que no se puede avanzar exclusivamente en un solo país para alcanzar el avance social, debe fortalecerse el internacionalismo obrero de una manera más eficaz y coordinada, y a través de estrategias concertadas.

  • English

    For Simone Weil, work under capitalist conditions of production organization (with the instrumental use of productive forces: machinery and technology, included) is carried out through mechanisms of institutionalized oppression, being the work relation a typical relation of social power/domination. In this way, the productive forces (the means) end up substituting the ends; at the same time workers are considered as simple "productive factors" (instrumental rationality). In these conditions of subordination or submission to the power of the employer, the real situation of the workers is that of loss of freedom and of any possibility of creativity at work. All this leads Simone Weil to defend "a non-servile work". In industrial society the form of wage labor (proletarian condition) is the generator of workers' uprooting. Thus, the generalized establishment of a "non-servile work" - not based on submission and the loss of the "spiritual" sense of work - must suppose the suppression of the dehumanized proletarian condition, replacing it with the condition of labor citizenship respectful of the dignity of the person who works. This is the sense of a proposal for a "Statute of Labor" with radical reformist contents. For this, the labor movement must organize itself in order to create new bases for the organization of the company and the systematic improvement of working conditions. He thinks that progress cannot be made exclusively in a single country to achieve social progress, workers' internationalism must be strengthened in a more effective and coordinated manner, and through concerted strategies.


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