Seguimos creyendo que es el estado quien debe resolver todos los problemas. Tenemos cada vez estados más gigantescos y sociedades más raquíticas. Los problemas ecológicos no son primariamente un problema político, sino social. Si cambia la sociedad cambiará la política y no a la inversa. Y este cambio social pasa por aprender a vivir austeramente y pensar que todo lo que estamos consumiendo en exceso le estamos quitando a alguien. Necesitamos una conversión, vivir con otros valores, sobre todo las personas del primer mundo.
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