Cuenca, Ecuador
La primera idea sobre el ejercicio del poder tiene que ver con superar la visión restringida de asumirlo como una relación entre dos partes en la que una tiene dominio sobre la otra. El ejercicio del poder es más complejo que eso y responde a una movilización de sesgos, que son estrategias, muchas de las veces no evidentes, para limitar la toma de decisiones sólo a aquellos temas que interesan a quien tiene poder. Para desentrañar estos procedimientos, es necesario transparentar las relaciones de poder que se tejen y determinan los temas que son ‘discutibles’ de aquellos que son ‘indiscutibles’. Quien ejerce el poder crea las condiciones sociales y políticas para organizar los sistemas de participación, logrando un dominio legitimado sobre la población. La participación ciudadana en los procesos de construcción de las políticas públicas es un elemento clave en la configuración de una democracia de mejor calidad. El nuevo marco jurídico ecuatoriano levantó expectativas sobre la posibilidad de involucrar a la población en este proceso. El presente trabajo tiene como objetivo analizar el papel que ha jugado el marco institucional para limitar o impulsar la participación ciudadana, desentrañando los vínculos entre actores sociales, sus motivaciones, prejuicios y estereotipos, así como la carga emocional, cultural y social que el ciudadano trae consigo al involucrarse en el proceso participativo.
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