El crecimiento urbano marginal se presenta como un fenómeno social, económico y político antesala de las sociedades contemporáneas, ante sistemas económicos concentradores de la riqueza e incompetentes, que no permiten a los sectores populares cubrir las exigencias del mercado del desarrollo urbano formal y planeado, generando además la expansión de incertidumbre jurídica sobre la tenencia de inmuebles predominantemente destinados a vivienda.
Sin duda alguna, la problemática de los asentamientos humanos irregulares lacera las condiciones de vida de sus habitantes y viola sus derechos humanos reconocidos, entre estos a una vivienda digna y decorosa y a un medio ambiente sano; siendo también dichos derechos condicionantes para el ejercicio pleno de los demás derechos reconocidos por nuestra norma suprema y los tratados internacionales de los que México es parte.
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