Félix Cibriain Sabalza, Ana Sagüés Sarasa
El origen geográfico de esta vinífera es incierto. Hoy por hoy no se puede categorizar con certeza absoluta de dónde es originaria la Garnacha. Pero sí se puede constatar su enorme importancia en la historia del cultivo de la vid y su huella destacada en regiones donde se elabora vino desde la antigüedad, como es el Valle del Ebro, donde se ubica Navarra.
Las vicisitudes registradas a lo largo de la historia en Navarra, han forjado el singular carácter vitícola de esta zona de producción. Desde el punto de vista de las variedades utilizadas, la proporción de cada una de éstas se ha ido modificando en cada época en función de los avatares y sucesos de cada momento. Sin embargo, en este devenir histórico, la Garnacha ha estado siempre presente, bien de manera mayoritaria, bien de modo complementario, hasta el punto de formar parte del patrimonio vitivinícola de esta región.
Siendo rigurosos, en la actualidad no disponemos de datos ni de información que nos den seguridad absoluta del origen geográfico de la Garnacha. Muchos autores se han referido al asunto, pero ninguno aporta datos contundentes. Así el eminente D. Luis Hidalgo nos cuenta que «entre las variedades importantes del Alto Ebro, aunque no autóctonas, podemos citar la Garnacha Tinta. Todos los autores antiguos que tratan del tema están de acuerdo en considerar a España como patria originaria de la Garnacha tinta. Desde Aragón pasó al resto de España traspasando luego a los Pirineos».
En cuanto a su origen etimológico, Garnacha es una palabra, como tantas, de la que no ha llegado a establecerse una teoría indiscutible.
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