Aunque todavía no es tan habitual ver a algún o alguna cantante aligerarse de ropa en el escenario con la naturalidad que podemos hacerlo cualquiera de nosotros en alguna de nuestras playas, desnudarse en el escenario, y no precisamente en sentido figurado, viene siendo una costumbre saludable, excitante y bastante bien aceptada por el público que suele recibir el hecho con muchísimo más entusiasmo que decepción.
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