La implementación del gobierno abierto en México y España muestra las dificultades que ha enfrentado esta iniciativa desde sus orígenes, principalmente porque los gobiernos son renuentes a dar a conocer como gastan los recursos públicos, además que no es fácil aceptar la participación ciudadana en los asuntos públicos. Tampoco es fácil que se transparenten las actividades gubernamentales ni se rinda cuentas del ejercicio del poder, lo que provoca un uso discrecional de los recursos públicos y la consecuente vulneración de derechos humanos. Por esas razones, se hace necesario que se promuevan los pilares del gobierno abierto, se fomente la cultura de acceso a la información pública, se eduque en gobierno abierto y se difundan las formas de ejercitar el derecho a la información como derecho humano que permita conocer las actividades de los trabajadores del gobierno.
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