Efraín Huerta es capaz de ver y sentir el pulso de los hombres que soportan la noche como presagio del alba: la otra vigilia, la que prefigura el día para, otra vez, apurar la noche en la conciencia de ese momento que es el principio y el fin de un viaje irrepetible: la vida. Esto es "Los hombres del alba". Y estas líneas buscan su evidencia: la primera luz con el color de la flor más humilde y verdadera.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados