Un centro patrimonial no es únicamente un replanteamiento del entorno arquitectónico, es más bien un replanteamiento de la ciudad como lugar para participar de productos y experiencias culturales intangibles. Los centros patrimoniales son lugares que permiten, casi exigen, la creación, las transgresiones y los productos culturales; funcionan como espacios donde todo se transforma en algo distinto a la realidad cotidiana, de ahí su importancia para las más importantes bienales de arte. La ciudad es un universo amplio y diverso que existe en muchas formas diferentes, aquí se propone algunas líneas entrecruzadas con la propuesta formulada por Calvino sobre la imagen de ciudad guardada, la concepción bourdieuana del habitus y el planteamiento de Augé con sus nolugares.
De manera específica, se reflexionará sobre la Cuenca andina, sus características particulares y su forma de aunar el pasado con el ahora, la ensoñación con la realidad. La población, escala e historia son muy diferentes de una ciudad a otra, sin embargo, la cultura redefine constantemente el territorio y sus capas de realidad, lo inmaterial dota a la urbe de otro sentido.
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