Roberth Nixon Moreno Muñoz, Richard Adrián Vergara Trujillo, German Andrés Guevara Lizarazo, Patrick Junior Brett Cano, Dalila Andrea León Cuervo, Adriana Marcela Puerta Lidueñas, Mariana Sarmiento Figueroa, Michael Gregorio Ortega Sierra
Los desórdenes cerebrovasculares siguen siendo la primera causa de morbilidad y mortalidad neurológica en el mundo, representando una de las entidades patológicas que genera mayor carga de enfermedad a nivel global. La aterosclerosis, o estenosis carotídea, es un potencial factor de riesgo para el ictus isquémico. La identificación y seguimiento estricto de esta condición son esenciales en la prevención secundaria de complicaciones a través de la atención primaria y el manejo especializado del riesgo cardiometabólico. No obstante, dependiendo de este riesgo y/o la presencia de sintomatología, es necesario realizar un manejo definitivo. Actualmente, existe controversia sobre si es mejor tratar la estenosis carotídea asintomática, ya sea médica o quirúrgicamente. Teniendo en cuenta la relevancia de esta entidad, el objetivo de esta revisión consiste en analizar la evidencia reciente sobre el riesgo de ictus isquémico en la aterosclerosis carotídea asintomática en adultos, y el potencial beneficio del manejo quirúrgico vs. farmacológico de esta condición.
Para esto, se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica en las bases de datos PubMed, ScienceDirect, Web of Science y MEDLINE, hasta el año 2023. Se evidenció que el riesgo de ictus asociado a estenosis carotídea asintomática es significativo (>10 %, aproximadamente), incluso en aquellos con terapia antiplaquetaria e hipolipemiante activa. En aquellos con manejo médico, la supervivencia a cinco años es alrededor del 80 %. Sin embargo, la progresión de la estenosis sucede en promedio en más del 60 % de los casos, y es significativa. Por el contrario, el stent carotídeo y la endarterectomía son intervenciones resolutivas. Pero existe un riesgo mayor comparado con la terapia médica, el cual se atribuye al periodo peri- y posoperatorio, así como a 30 días de aparición o recurrencia del ictus, infarto agudo de miocardio o muerte por cualquier causa; aunque el uso de la endarterectomía ha demostrado beneficios superiores a largo plazo en cuanto a estos mismos desenlaces. Entonces, la evidencia es heterogénea en cuanto a la superioridad del tratamiento quirúrgico comparado con la terapia farmacológica en el manejo de la aterosclerosis o estenosis carotídea asintomática. Sin embargo, parece ser que el manejo quirúrgico, específicamente la endarterectomía, podría impactar significativamente sobre la aparición o recurrencia del ictus ipsilateral y muerte a largo plazo, pero con resultados controversiales peri- y postoperatorios.
Cerebrovascular disorders remain the leading cause of neurological morbidity and mortality in the world, representing one of the pathological entities responsible for the greatest burden of disease worldwide. Carotid atherosclerosis or stenosis is a potential risk factor for ischemic stroke. The identification and strict follow-up of this condition are essential in the secondary prevention of complications through primary care and the specialized treatment of cardiometabolic risk. However, depending on this risk and/or presence of symptoms, definitive treatment is necessary. Currently, there is controversy as to whether asymptomatic carotid stenosis is better to be treated medically or surgically. Considering the significance of such entity, this review aims to analyze recent evidence on the risk of ischemic stroke in the case of asymptomatic carotid atherosclerosis among adults, as well as the potential benefit of the surgical vs. pharmacological treatment for this condition. For this purpose, a literature search for publications up to 2023 was carried out in PubMed, ScienceDirect, Web of Science and MEDLINE databases. It was shown that there is a significant risk of stroke associated with asymptomatic carotid stenosis (> 10 % approximately), even in patients with active antiplatelet and lipid-lowering therapy. Out of all those who receive medical treatment, around 80 % had a five-year survival rate. However, stenosis progression occurs on average in more than 60 % of the cases and is significant. On the other hand, carotid stenting and endarterectomy are curative interventions. Nevertheless, these procedures involve a higher risk compared to the medical therapy during the peri- and postoperative period, as well as 30 days afterwards, due to the occurrence or recurrence of stroke, acute myocardial infarction or death from any cause. Despite this, the use of endarterectomy has shown superior long-term benefits concerning these same outcomes. Thus, evidence regarding the superiority of surgical treatment compared to pharmacological treatment for asymptomatic carotid atherosclerosis or stenosis is heterogeneous. However, it seems that surgical treatment, specifically endarterectomy, could have a significant impact on the occurrence or recurrence of ipsilateral stroke and death in the long term but with controversial peri- and postoperative outcomes.
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