José Rodríguez Soalleiro, Sonia Fernández Ayala
Debido al cambio climático, cada vez son más frecuentes fenómenos extremos como tormentas, grandes nevadas, olas de calor, sequías o incendios voraces. Todo esto condiciona no sólo la vida cotidiana, sino que también afecta el funcionamiento de las infraestructuras y la seguridad de edificaciones ya que las cargas con las que fueron calculadas (nieve y viento, fundamentalmente) se ven incrementadas más allá de las consideradas hasta ahora en el diseño. En este sentido, tenemos el caso de la borrasca ‘Filomena’, que dio lugar a acumulaciones de nieve pocas veces vistas en la ciudad de Madrid, o las cenizas en los tejados de las edificaciones de la isla de La Palma provocadas por la erupción del volcán Cumbre Vieja.
Los alcantarillados no se quedan al margen de estas situaciones, siendo los incendios y las lluvias torrenciales las circunstancias que más influencia tienen en su funcionamiento. En el cálculo de la sección de una conducción el primer paso es valorar el caudal que puede recibir: suma de fecales y pluviales. El caudal de fecales se estima en base a la población cuyos vertidos van a ese colector. El caudal de pluviales se calcula viendo el área de la cuenca que afecta a la sección en estudio y el tiempo de concentración. Con las curvas intensidad-duración-frecuencia de la zona y el coeficiente de escorrentía obtenemos el caudal en cuestión. Ahora bien, ¿cómo afectan los episodios extremos a este cálculo? (…)
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados