Inicialmente, la conquista de los territorios de Ultramar fue una empresa guerrera, desarrollada por «emprendedores». Posteriormente la Corona se fue haciendo cargo de la defensa a medida que las amenazas iban escalando.
Con la victoria de Felipe V, en la guerra de Sucesión, la creación de la Real Armada y la organización de las primeras unidades regulares del Ejercito de Dotación se estableció una Triada Defensiva, base de un sistema defensivo adecuado para los virreinatos, hasta que la guerra de los Siete Años con la crisis de 1762, impuso la necesidad de reorganizar el conjunto de la defensa de los Virreinatos.
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