En la actualidad (2022), y respecto al período anterior 2020-2021, parecen incrementarse, de forma lenta pero sostenida, los descontentos, revueltas, y en algunos casos, actos violentos más cruentos, en ciertas zonas de Asia Occidental. A pesar de que estos trastornos tienen un marcado componente económico en casi todos los casos, en ciertos países (Irán, Líbano, Jordania), sociedades musulmanas con base en la sunna, shía, o con una mezcla de ambas, estos brotes parecen partir de unas condiciones socioculturales y religiosas muy específicas.
Al mismo tiempo, se desarrollan conflictos interreligiosos en el subcontinente indio, que muestran las líneas de ruptura de sociedades que no encajan bien dentro del modelo ideal del multiculturalismo.
Comparando patrones de comportamiento social de diversos países, el artículo concluye que, a pesar del énfasis que determinados modelos teóricos ponen sobre las cuestiones económicas como el supuesto «motor» de la historia, lo que muestran los datos es que los conflictos sociales tienen un fuerte componente ideológico. En la vida social de los pueblos todo gira en torno a la lucha por el monopolio ideológico de la verdad.
At present (2022), and compared to the previous period 2020-2021, there seems to be a slow but steady increase in discontent, riots, and in some cases, more bloody violent acts, in certain areas of Western Asia. Although these disorders have a marked economic component in almost all cases, in certain countries (Iran, Lebanon, Jordan), Muslim societies based on the Sunna, Shia, or with a mixture of both, these outbreaks seem to start from very specific socio-cultural and religious conditions.
At the same time, interreligious conflicts are developing in the Indian subcontinent, showing the fault lines of societies that do not fit well within the ideal model of multiculturalism.
Comparing patterns of social behaviour in various countries, the article concludes that, despite the emphasis that certain theoretical models place on economic issues as the supposed "engine" of history, what the data show is that social conflicts have a strong ideological component. In the social life of peoples everything revolves around the struggle for the ideological monopoly of truth.
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