Diagnóstico de la oestrosis ovina y caprina

• Autores: Eva María Frontera Carrión, Ignacio Navarrete López-Cózar, David Reina Esojo, María Alcaide Alonso
• Localización: Ovis, ISSN 1130-4863, Nº. 92, 2004, págs. 45-52
• Idioma: español
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• Resumen

  • Los estadios larvarios del díptero Oestrus ovis, son los agentes causales de la miasis específica de tipo cavitario nasal, sinusal y esofágicotraqueal, denominada oestrosis, que afecta tanto al ganado ovino como al caprino. El diagnóstico de dicha miasis puede ser directo, clínico o sintomatológico e indirecto.El diagnóstico directo de la oestrosis se realiza mediante la observación de las formas larvarias del parásito, ya sea por el hallazgo de larvas en sus ubicaciones naturales durante la necropsia del hospedador, o por expulsión al medio exterior de las mismas, mediante estornudos y resoplidos del animal.También puede realizarse un diagnóstico clínico o sintomatológico, basado principalmente en la observación de la sintomatología, del cuadro clínico-lesional, y las posibles alteraciones mostradas en la etología normal del individuo y del rebaño en general.Sin embargo, en la actualidad para detectar este tipo de miasis, podemos beneficiarnos de un instrumento de diagnosis de mayor sensibilidad que las descritas anteriormente. Se trata del diagnóstico indirecto, mediante las diferentes técnicas serológicas, que hoy en día se instituyen como una firme alternativa a las prácticas diagnósticas convencionales. En la actualidad, es obvio que los estudios serológicos se erijan como la opción más idónea para la realización de estudios epidemiológicos que pretenden establecer el alcance real de la parasitación en los principales colectivos animales que pueden verse afectados por el díptero objeto de estudio. La más empleada, hasta la fecha, es la técnica ELISA, pero también han sido probadas otras como, la hemaglutinación, la intradermorreacción, el inmunoensayo en capa delgada, etc. Incluso, ya se han realizado los primeros análisis genéticos, mediante la técnica PCR, para constatar posibles diferencias en el ADN de larvas parásitas de ovino y caprino, o procedentes de diferentes países europeos y africanos, con resultados aún poco esclarecedores.