La tecnología de la «inteligencia artificial» está prácticamente en todas partes: en la medicina; en el transporte; en los negocios; en la industria; en el sector bursátil y financiero; en la Administración pública etc. Podemos afirmar, que forma parte de nuestro entorno y es habitual en nuestras rutinas diarias; sus posibles aplicaciones son numerosas y cada día irán en aumento, siendo algunos ejemplos los siguientes: los asistentes virtuales; las traducciones automáticas; las casas inteligentes; los vehículos de conducción autónoma y, así un largo etcétera, en el que podríamos incluir, en un futuro próximo, el cumplimiento de la condena.
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