En este artículo sostengo que la consideración de la obra de arte como un valor absoluto no es una fatalidad sino que el arte, como producción humana, se encuentra sometido a la misma relatividad en el tiempo que su o sus creadores. En cuanto a la música, si nuestra mente continúa elaborando la memoria de lo que escuchamos, es porque ella nos está invitando a continuar, a proseguir la obra, haciendo emerger un infinito número de virtualidades y de potencialidades que la obra misma conlleva.
Palabras clave. Estética, Musicología, Creación musical, Electroacústica, Die glückliche Hand, Arnold Schönberg.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados