Numerosos trabajos han demostrado la importancia de la obturación endodóntica como factor fundamental para lograr el éxito de la terapia endodóntica. El relleno permanente y tridimensional del sistema de conductos radiculares tiene por finalidad evitar el pasaje de microorganismos y substancias tóxicas desde ese sistema a los tejidos periapicales y viceversa.
Numerosos estudios se han empleado con el objetivo de evaluar la capacidad de sellado apical y/o coronario de las obturaciones endodónticas. En este sentido, diferentes experiencias han señalado la relación entre obturaciones deficientes y fracasos endodónticos.
Las causas que originan la enfermedad pulpar y/o periapical (caries, tratamientos restauradores, traumatismos, etc.) sumadas al desgaste de los tejidos duros producto de la intervención endodóntica (apertura, rectificación de las paredes, preparación de los accesos, instrumentación), conducen a la pérdida de estructuras dentarias fundamentales.
En estas circunstancias, la restitución de la función estética y masticatoria hace necesaria la reconstrucción coronaria, que en gran número de casos conlleva a la utilización de anclajes interradiculares.
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