Las infraestructuras verdes son contempladas como una de las soluciones para mitigar los impactos del cambio climático sobre la biodiversidad. Estas se componen de una red de espacios naturales o seminaturales que potencian las funciones de los ecosistemas que dan soporte a la biodiversidad y proveen servicios para el bienestar de la población. Por ello, la planificación de las infraestructuras verdes se basa en análisis del potencial del territorio para proveer estas funciones y servicios. No obstante, existen antagonismos entre servicios ecosistémicos que hay que tener en cuenta a la hora de delimitar las infraestructuras verdes. A continuación, analizamos cómo considerarlos.
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