Las revueltas acontecidas en 1968 anhelaban un punto de inflexión en la relación de las ciudadanías que las protagonizaron con sus respectivos estados. En Europa, Francia –con el permiso de Checoslovaquia– protagonizó los episodios más significativos, siendo el caso parisino el que cautivó principalmente la atención de los focos.El actor Louis Garrel ha analizado dicha cuestión desde diferentes ángulos, aportando su rostro a la particular trilogía fílmica formada por Soñadores (The Dreamers, 2003), de Bernardo Bertolucci, Los amantes habituales (Les Amants réguliers, 2005), de Philippe Garrel, y Mal genio (Le redoutable, 2017), de Michel Hazanavicius. Sin duda, las aristas que configuran esta ecuación sustentan una visión poliédrica de dicha bisagra cronológica, tal y como manifiesta el propio intérprete al definir cómo cada una de las cintas aborda tal suculenta iconografía: Mayo del 68 desde el punto de vista sensual, desde el existencial y desde el cómico, respectivamente (https://www.youtube.com/watch?v=CvVDVaQQtuI).Al igual que Michel Hazanavicius, el actor se sumerge en esta fecha desde la distancia que supone no haber sido partícipe de los acontecimientos, desde la revisión a posteriori que conlleva el apoyarse en la cornisa histórica; mientras que la otra cara de la moneda la forjan Bernardo Bertolucci y Philippe Garrel (padre del intérprete), a partir de los destellos lumínicos conservados fruto de la experiencia vivida.¿Supuso Mayo del 68, más allá de la fascinación que nos sigue provocando, una fractura real de los cimientos estatales que asfixiaban a la juventud del momento? Louis Garrel posiciona su gestualidad ante la mirada atenta de los cineastas, hilvanando el discurso de éstos mientras articula el suyo propio al respecto.
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