Parece indudable que la práctica de determinados deportes requiere una diferenciación de género, dadas las características ligadas al sexo que determinan diferentes niveles de rendimiento y habilidades.
Además, existe un consenso en la condena de las prácticas de dopaje, como los intentos de alterar artificialmente el rendimiento físico de los deportistas mediante el uso de determinadas sustancias, porque implican alterar las condiciones físicas o mentales de las personas implicadas, así como prácticas que suponen riesgos para la salud, con consecuencias que pueden volverse graves e irreversibles. En el caso de los atletas “trans”, su genética, fisiología y sistema endocrino, responsables de los niveles de testosterona típicamente masculinos, proporcionarían una barrera infranqueable para su elegibilidad en la competencia atlética femenina. Sin embargo, el caso de los deportistas diagnosticados con trastornos del desarrollo sexual no encaja en ninguno de los escenarios anteriores. Son biológicamente mujeres y compiten en la categoría femenina. No han tomado ninguna sustancia anabólica que pueda considerarse dopaje. Proponemos una evaluación bioética de estos casos.
It seems beyond doubt that the practice of certain sports requires gender differentiation, given the sexlinked characteristics that determine different levels of performance and skills. Moreover, there is a consensus on condemning doping practices, such as attempts to artificially alter the physical performance of athletes through the use of certain substances, because they involve tampering with the physical or mental conditions of the persons involved, as well as practices that have health risks, with consequences that can become serious and irreversible. In the case of “trans” athletes, their genetics, physiology, and endocrine system, responsible for typically male testosterone levels, would provide an insurmountable barrier to their eligibility in female athletic competition. However, the case of athletes diagnosed with Disorders of Sex Development does not fit into any of the above scenarios. They are biologically women and competes in the female category. They have not taken any anabolic substances that may be considered doping. We propose a bioethical evaluation of these cases.
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