Actividades económicas y territorios sostenibles en la Comunidad Valenciana

• Autores: María José García Jiménez
• Localización: Cities at risk: resiliencie and redundancy / coord. por Rufino Javier Hernández Minguillón, Víctor Araújo Corral, Raffaelina Loi, 2015, ISBN 978-84-9082-182-4, págs. 65-73
• Idioma: español
• Títulos paralelos:
  • Economic activities and sustainable spaces in Valencian Autonomous Region
• Enlaces
  • Texto Completo Libro
• Resumen

  • El suelo para actividades económicas se duplicó en la Comunidad Valenciana entre 1987 y 2006, experimentando una tasa de crecimiento superior a la del suelo residencial. El incremento constante de suelo artificial— disperso y en menor medida continuo— se ralentizó de manera muy notable con el inicio de la crisis económica y financiera, fecha en la que ya se habían producido externalidades negativas que provocaron un cuestionamiento profundo del modelo urbanístico y territorial desarrollado. Existe un consenso claro acerca del modo óptimo de habitar la ciudad: reforzando su compacidad según el tradicional modelo mediterráneo —que respeta la morfología del tejido urbano evitando la dispersión y fomenta la diversidad social, funcional y tipológica—; sin embargo los textos normativos hacen escasas referencias al modo en que deben implantarse y desarrollarse las actividades económicas en el territorio. La Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana, documento de planificación de ámbito regional del que se dispone desde 2011, reconoce la necesidad de actuar sobre los tejidos industriales existentes con propuestas de revitalización concretas; en el caso de nuevos polígonos se concreta, procurando su proximidad a los núcleos urbanos residenciales y respetando ciertos índices máximos de ocupación de suelo. No obstante, la atención sobre las propuestas de actividades económicas contenidas en la Estrategia Territorial se focaliza en los nuevos emplazamientos desvinculados de los núcleos residenciales, cuyo carácter estratégico les dispensará de la aplicación de las limitaciones generales de crecimiento municipal de suelo. La puesta en práctica de estas previsiones ha venido de la mano de la propia Administración autonómica, con la publicación en 2012 de una ley que habilita un singular instrumento de planeamiento: las Actuaciones Territoriales Estratégicas. Su análisis descubre luces y sombras, pero sobre todo plantea una cuestión que se considera fundamental: ¿es compatible la planificación del territorio bajo el prisma de la sostenibilidad con su posterior implementación mediante las técnicas tradicionales de gestión urbanística? La búsqueda de claves para tratar de responder a esta cuestión explora alternativas que parten del reconocimiento de un fuerte impacto supramunicipal, susceptible de producirse tanto en las grandes actuaciones comarcales o regionales, como en pequeños polígonos de municipios del medio rural que precisen de acuerdos para obtener beneficios comunes. La gestión mancomunada o consorciada que encauce visiones excesivamente localistas, las formulas de gobernanza territorial basadas en criterios de eficiencia y solidaridad entre municipios y en la cooperación público-privada, pueden propiciar una reflexión y un camino por explorar en la Comunidad Valenciana para racionalizar la implantación en el territorio de las grandes proyectos e iniciativas económicas.