Tiene ochenta años y la cabeza a pájaros. Pasea canturreando por los jardines de una clínica psicogeriátrica, en la zona norte de Madrid. María Teresa León, la que fue más que musa de Rafael Alberti, no comparte con él los honores últimos del poeta. "Se equivocó la paloma-se equivocaba". Con esa cantinela se acompaña en su soledad, recluida y nunca visitada por su marido. En su obligado retiro, ÉPOCA ha visitado a María Teresa y ha evocado con ella su biografía feliz y combatiente junto al autor de "Marinero en tierra".
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