El propósito de este Notebook es analizar la actividad inversora de China en África en los últimos años dentro del programa Belt and Road Initiative (BRI), la iniciativa política transcontinental a largo plazo del gobierno chino. Su objetivo principal es el desarrollo de infraestructuras y la aceleración de la integración económica de los países distribuidos a lo largo de la histórica Ruta de la Seda. Fue iniciada en el año 2013, tras la llegada de Xi Jinping a la presidencia de la República Popular de China y, desde en-tonces, ha acaparado la atención medios de comunicación internacionales. Es difícil cuantificar el monto total de las inversiones. Según Statista1, la inversión china acumulada entre 2013 y 2021 bajo esta iniciativa se acerca a los 900.000 millones de dólares. La plataforma de información económico-financiera Refinitiv-Thomson-Reuters estima que el valor total de los proyectos de inversión etiqueta-dos como BRI supera los 2 billones (1012) de dólares en los últimos 10 años2. La diferencia se debe a que la inmensa mayoría de los proyectos son el régimen de co-financiación, generalmente con el gobierno del país receptor, aunque no necesariamente.
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