Gustavo García Jiménez, Alberto Pérez Rubio
Si en algo insisten repetidamente las fuentes que narran la batalla es en la desigualdad en el número de tropas a caballo, que claramente se saldaba a favor del bando púnico. La estimación al respecto, que probablemente no distaría mucho de la realidad, sumaría unos 10 000 hombres entre las dos alas púnicas frente a los 6000-7000 del ejército romano; a una ratio de un jinete por cada trece soldados de infantería en el ejército romano y de uno a cuatro en el púnico. Un desequilibrio del que Aníbal sabría sacar partido.
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