Murcia, España
La limitación del tratamiento de soporte vital es práctica frecuente en Unidades de Críticos. Se relaciona con la donación en asistolia controlada y supone un reto para profesionales enfermeros, que no están familiarizados con esta donación y están implicados en situaciones que suscitan debate bioético.
Objetivo: Analizar conocimientos y actitudes bioéticas de Enfermería en la limitación del tratamiento de soporte vital y donación en asistolia controlada.
Estudio descriptivo y transversal en UCI del hospital Virgen de la Arrixaca, datos a través de cuestionario durante el Estado de Alarma de Covid-19.
Participaron 28 enfermeros. 75% está familiarizado con LTSV y considera la decisión de LTSV conjunta entre médicos y enfermeros, indican que en la práctica diaria no es así. 41,2% expresa tener conflictos éticos para retirar tratamiento de soporte vital. 89,3% está de acuerdo con la donación de órganos tras LTSV, sólo un 42,8% aplicaría medidas para la preservación de órganos previas al fallecimiento del paciente.
Enfermería no participan en la toma de decisiones al final de la vida y expresan falta de información respecto a los cuidados orientados a donación de órganos. Poseen actitudes bioéticas orientadas al respeto de la autonomía y dignidad, aunque muestran conflictos morales con algunos procedimientos.
Limitation of life-sustaining treatment is practice in Critical Care Units and related to controlled donation after circulatory death. This is a challenge for nursing professionals, who are not familiar with this type of donation Objective: Analyze the knowledge and bioethical attitudes of nursing personnel in limiting life support treatment and donation after circulatory death.
A descriptive and transversal study was carried out in the ICU of the Hospital Virgen de la Arrixaca. Data collection was carried out through a validated questionnaire during the Covid-19 pandemic alert.
Twenty-eight nurses participated in the study. Seventy-five percent are familiar with the LTSV and believe that LTSV decision should be made jointly by physicians and nurses but indicate that in daily practice this is not the case. 41,2% expressed ethical concerns about withdrawing life support treatment. 89,3% agree with organ donation after LTSV but only 42,8% would apply organ preservation measures prior to the patient's death.
Nursing professionals do not participate in decision-making at the end of their patients' lives and they show a lack of information regarding intensive care oriented towards organ donation. However, they have bioethical attitudes oriented to respect the autonomy and dignity of the person
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