Los hombres necesitamos dar un sentido a nuestra vida mientras la vivimos. Para eso decidimos esto o lo otro, para eso nos entregamos a esto o a lo otro. Y también necesitamos dar sentido a lo que hemos vivido, sobre lo que ya apenas si tenemos poder. El ser humano siempre está en camino, desde que nace, y en él se pregunta: ¿hacia dónde voy?, ¿con qué fin?; y, finalmente, ¿he alcanzado la meta que buscaba?, ¿he llegado a algún sitio? No siempre es clara la respuesta, y por momentos se hace esquiva. Lo que es evidente es que la pregunta siempre nos acompaña, aunque no queramos
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