Las dos grandes potencias cumplen su cuarto de siglo de carrera en el espacio enfocando sus avances al terreno militar. Tratados y diplomáticas conversaciones aparte, el todopoderoso Reagan ha conseguido luz verde del Parlamento de su país para llevar a cabo su proyecto o sueño de un sistema que llama defensivo. Los científicos de su administración se ven forzados a desarrollar la tecnología al máximo. Los soviéticos, que no consideran invulnerable el sistema, se esmeran en poner a punto "contramedidas" en esta loca carrera de armas espaciales y costes sin precedentes en la historia de la humanidad. Los países europeos, llamados a capítulo por su condición de aliados, ofertan con Francia a la cabeza su proyecto Eureka en un intento de sensatez o de ocupar el papel que por su desarrollo les corresponde.
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