Después de cinco borradores y dos años de gestación, la célebre Ley de Ordenación de las Comunicaciones (LOC), uno de los proyectos legislativos más importantes que tenía sobre la mesa Enrique Barón durante su etapa de ministro, no verá la luz. El sucesor, Abel Caballero, ha decidio cambiar su rumbo en un giro de más de 180 grados, traspasando a la Presidencia del Gobierno los asuntos políticos que entrañaba la regulación de la televisión privada, e ír sacando a trozos el proyecto de pretendía abordar de forma global y por primera vez en España la ordenación de los sistemas de comunicaciones.
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