La relación asistencial debe basarse en el respeto del paciente como agente moral, teniendo en cuenta su derecho a participar en la toma de decisiones. Para preservar la autonomía del paciente cuando ya no sea competente para decidir por sí mismo se ha propuesto la planificación de tratamientos y cuidados (advance care planning) como el mejor modo de contar con los deseos del enfermo, Este proceso puede plasmarse de modo escrito a través de un documento de instrucciones previas (DIP), llamado también voluntades anticipadas o directrices previas o testamento vital. En este artículo se revisan sus fundamentos éticos y legales, las ventajas y limitaciones, así como unas consideraciones sobre su aplicación en la asistencia del paciente crítico.
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