El agua de la Gran Mareta de la Villa de Teguise, estaba destinada al consumo humano, mientras la Mareta de las Mares y la Mareta de Arenillas se destinaban para los animales. En la limpieza de la Gran Mareta, participaban todos los vecinos de la isla. En el Archivo de Teguise, se conservan los libros de la Mareta, donde se anotaban los nombres de las personas que debían acudir a su limpieza
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