El OPTICAN fue el primer cable submarino de fibra óptica que se utilizó con fines comerciales en Europa. Después de esta experiencia, el camino para la aplicación a gran escala de esa nueva tecnología quedaba abierto. El resultado más inmediato es el TAT-8, que en 1988 unirá ambos lados del Atlántico Norte y que es sólo el principio de una gran telaraña de comunicación digital intercontinental.
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