La Universidad nace con un ordenamiento antropológico puntual que da origen a cuatro facultades: medicina, derecho, filosofía y teología. De estas cuatro, la teología era la corona de las ciencias universitarias, pues, a partir del don de la Revelación, el hombre buscaba responder a las preguntas fundamentales de la existencia humana. Sin embargo, actualmente la teología parece no responder a los parámetros de cientificidad contemporáneos. En ese sentido, la Universidad actual intenta dejarla sin lugar. El artículo trata de reflexionar sobre la importancia de la teología en el mundo actual, asunto que responde tanto al origen como al presente y al futuro de la Universidad.
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