Madrid, España
En 1737 el rey Felipe V restableció en España la institución del Almirantazgo con la casi exclusiva finalidad de asegurar unas cuantiosas rentas monetarias a su hijo el infante don Felipe. Durante su efímera existencia (1737-1748), no obstante, este organismo cumplió con creces los objetivos señalados en su real cédula fundacional: la conservación y el aumento del ramo de la Marina, labor a la que se dedicó Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada, verdadero artífice de la legislación emanada del Almirantazgo durante sus primeros años de vida.
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