Gerona, España
La violencia sexual como cualquier otra conducta se puede aprender mediantemodelado (qué hay que hacer para obtener un resultado deseado). Por lo tanto, esposible que las personas que han padecido determinadas estrategias de coaccióno coerción sexual, en algún momento decidan ponerlas en práctica con los mismosfines Los objetivos son, teniendo en cuenta el género: 1) conocer con qué frecuencialos jóvenes universitarios padecen o utilizan estrategias coactivas para conseguirtener sexo con una pareja que no lo desea y comprobar si existe relación entre haberutilizado y haber padecido dichas estrategias. Metodología: 513 estudiantes de losgrados de Psicología i EUSES (62’8% mujeres) menores de 26 años (media=20’8, dt=1’8),contestaron si habían utilizado y/o padecido una serie de estrategias coactivas condiferentes grados de violencia. La participación fue voluntaria y anónima. Resultados:Las estrategias más utilizadas por ambos géneros son las “caricias íntimas” y “sermuy amable y afectuoso/a” y las que menos las “amenazas” y la ”violencia física”.Significativamente, más mujeres que hombres informan de que han padecido lasestrategias “insistir una y otra vez” y “enfadarse y protestar”; mientras que en” mirarun video porno” ocurre lo contrario. Y más hombres que mujeres informan haberutilizado todas las estrategias, siendo la diferencia estadísticamente significativa.Tanto en hombres como en mujeres y de forma significativa, el hecho de haberpadecido las diferentes estrategias coactivas se relaciona con haberlas utilizado.Discusión y conclusiones: Los resultados sugieren que probablemente medianteexperiencias repetidas de padecimiento de coacciones sexuales – especialmente en el caso de las menos graves- se acabe aprendiendo, de una parte, qué hay que hacerpara conseguir romper la voluntad en contra de tener sexo de la pareja y, de otra,llegar al convencimiento de que ese comportamiento es el normativo en el grupo dereferencia.
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