• Las estatinas se pueden clasificar, en función de las reducciones de cLDL esperadas, a distintas dosis y a las dosis máximas toleradas, en estatinas de potencia alta (>50%), moderada (30-50%) y baja (<30%).
• No existen evidencias que permitan establecer unas cifras objetivo de colesterol total y cLDL, en prevención primaria ni secundaria, las recomendaciones disponibles son acuerdos de expertos.
• En prevención primaria, la decisión de tratar debe partir de la valoración individualizada del beneficio/riesgo, en base al riesgo cardiovascular estimado a 10 años.
• En prevención secundaria se recomienda tratamiento con estatinas. El uso de la terapia intensiva se recomienda en pacientes con Síndrome Coronario Agudo, que es donde se han identificado mejoras.
• El tratamiento intensivo con estatinas (bien con dosis más altas o con las estatinas más potentes) se asocia a mayor incidencia de diabetes (15-30% comparados con terapia de baja potencia) y miopatía (10% al 19%), lo que puede condicionar el balance beneficio/riesgo en algunos pacientes.
• Las miopatías, sin llegar a ser graves, pueden ser incapacitantes o afectar a la vida cotidiana del paciente, impidiendo en ocasiones el ejercicio físico.
• En ancianos, no es adecuado el tratamiento intensivo con estatinas, ni siquiera en prevención secundaria. En el resto de pacientes se debe individualizar, siendo necesario vigilar la aparición de reacciones adversas y considerar la disminución de la dosis.
• Simvastatina 20 mg o 40 mg es efectiva, segura y eficiente. Cuando se necesite terapia intensiva, atorvastatina a dosis altas, se considera una opción razonable.
• Rosuvastatina no ha demostrado ser mejor que atorvastatina, su balance beneficio riesgo ha sido cuestionado5 . Pitavastatina carece de datos de eficacia en morbimortalidad cardiovascular.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados