Los accesos venosos, bien tras la inducción anestésica en quirófano, bien en las unidades de críticos, son necesarios en numerosos de nuestros pacientes. La perforación de cavidades derechas y su consiguiente taponamiento cardiaco por erosión de un catéter central demasiado progresado es una complicación muy rara pero muy grave. El método habitual para comprobar su localización y la ausencia de complicaciones es la realización de una radiografía de tórax portátil. Con la incorporación del ecógrafo a la punción de las vías venosas surgen las dudas de si esta práctica es realmente necesaria y, sin embargo, sigue manteniéndose como prueba gold estandard. ¿Estamos tan seguros de ello?
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados