Nos reconocemos en el atrevimiento o la timidez, en la tristeza o la alegría, en la cólera fácil o la paciencia infinita, en la fortaleza o debilidad como rasgos que nos definen y constituyen nuestra forma de ser. Un mosaico creado a lo largo de nuestras vivencias y experiencias sobre la matriz de nuestros genes. Ese es nuestro repertorio sentimental. Conocernos nos sirve de guía en la vida y para el médico ese saber es imprescindible a la hora de atender a los demás, ser capaces de darnos cuenta de lo que sentimos en cada momento y detectar, comprender y aceptar las emociones de los otros, son herramientas claves para cuidar a nuestros pacientes, transitar por sus dolores y sentir la paz interior por la tarea bien hecha.
We recognize ourselves in daring or shyness, in sadness or joy, in easy cholera or infinite patience, in strength or weakness as features that define what we are, our way of being. It is a sort of emotional mosaic created throughout our experiences over our genetic matrix. That is our sentimental repertoire. Knowing ourselves serves as a guide in life and, for the doctor, that knowledge is essential when taking care of others. Being able to realize what we feel and to detect, understand and accept the patients’ emotions are key tools to take care of our patients, to go through their pain, to achieve a sense of inner peace, a sense of professional well-made task.
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