Débora González Cedran, Joan Ripoll i Alcón
En la segunda década del siglo XXI se ha producido un profundo cambio en el escenario geopolítico en Américadel Sur. Tras una década y media de predominio de gobiernos de izquierda, en la actualidad se observa como lassociedades latinoamericanas demandan el retorno a proyectos políticos que priman el mercado, la liberalizacióncomercial y de capitales así como la reducción de la intervención estatal en la economía.En la primera década del siglo XXI, América Latina vivió un ciclo de expansión económica lo que permitió mejorarsus indicadores de pobreza y la crónica desigualdad social. Con la crisis iniciada en 2008, repuntaron los fantasmasdel populismo a tres niveles:• Económico (altas tasas de inflación, exceso de gasto público, desempleo, …)• Social (desigualdades, recortes de prestaciones sociales, pobreza, …)• Político (corrupción institucional endémica, represión política, abuso de poder judicial, …)Esta nueva coyuntura está redefiniendo un nuevo paradigma regional que va a influir profundamente en sudinámica económica, política y social. Estamos asistiendo a la transición de un modelo populista a otro de corteneoliberal, en concreto en dos países con una histórica y marcada intervención estatal. En Brasil, la destitución dela presidenta Dilma Rousseff y el fin del lulismo como fenómeno político-social, y el triunfo de la derecha neoliberalen las recientes elecciones presidenciales en Argentina y el fin a doce años de Kirchnerismo.La hipótesis principal de este trabajo es demostrar que los desequilibrios económicos tienen un efecto determinantesobre la evolución de la desigualdad socioeconómica y el malestar social. Esta coyuntura puede originar lasrevueltas sociales (“Cambiemos” en Argentina, o “Pase Libre” en Brasil) y una inestabilidad política quedesencadene en la aplicación de un nuevo modelo económico que asegure un desarrollo socialmente equitativo ypolíticamente sostenible.
In the second decade of the 21st century there has been a deep change in the geopolitical landscape in SouthAmerica. After a decade and a half of a predominance of left-wing governments, Latin American societies are nowdemanding a return to market-oriented political projects, trade and capital liberalization, and a reduction in stateintervention in the economy.In the first decade of the 21st century, Latin America experienced a cycle of economic expansion that allowed it toimprove its indicators of poverty and chronic social inequality. With the crisis that began in 2008, the ghosts ofpopulism reawakened on three levels:• Economic (high rates of inflation, excess public expenditure, unemployment, ...)• Social (inequalities, cuts in social benefits, poverty, ...)• Political (endemic institutional corruption, political repression, abuse of the judiciary, etc.)This new situation is redefining a new regional paradigm that will influence deeply its economic, political andsocial dynamics. We are witnessing the transition from a populist model to a neoliberal one, in particular in twocountries with historic and marked state intervention. In Brazil ,the dismissal of President Dilma Rousseff and theend of lulism as a political-social phenomenon, and the triumph of the neoliberal right in the recent presidentialelections in Argentina and the end of twelve years of Kirchnerism.The main hypothesis of this paper is to demonstrate that economic imbalances have a determining effect on theevolution of socio-economic inequality and social unrest. This situation could lead to social upheavals("Cambiemos" in Argentina, or "Pase Libre" in Brazil) and political instability that could trigger the application of anew economic model that would ensure socially equitable and politically sustainable development.
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