Resumen de Introducción: Música, activismo feminista y prácticas sonoras en Iberoamérica
María Mercedes Liska, Silvia Martínez
TRANS-Revista Transcultural de Música publicó en 2011 un dossier conmemorando el vigésimo aniversario del libro Feminine Endings, escrito por Susan McClary. En la celebración de aquel texto fundamental, Susan Campos y Josemi Lorenzo reunieron un conjunto de artículos que mostraban cómo unos incipientes estudios de género se estaban abriendo paso en la academia iberoamericana.
Si en aquel momento se hablaba de un campo marginal en el panorama musicológico en lengua castellana, hoy en día nos hallamos ante una situación que ha cambiado de manera sustancial. Ha transcurrido más de una década y hemos hecho frente a una pandemia atroz que nos ha confrontado con la fragilidad de nuestro ecosistema y de nuestra salud, tanto física como emocional. Paralelamente, muchos países de Latinoamérica y de la Península Ibérica han vivido una efervescencia de los activismos feministas que han logrado establecer un diálogo recíproco con las prácticas académicas. Hemos sido testigos y protagonistas de marchas multitudinarias, de huelgas feministas, de protestas y reivindicaciones artísticas a cargo de mujeres cis y trans, y de personas no binarias. Paralelamente y como motor de tales acontecimientos, se han dado procesos de organización colectiva que han generado espacios de intenso debate ideológico, así como modos de intervención política en los que confluyen un sinnúmero de prácticas sociales y culturales, entre las que se encuentra la música. Así, estamos trascendiendo progresivamente el imaginario de apéndice de la producción anglosajona y poniendo el foco en las múltiples prácticas sonoras y musicales vinculadas a las recientes mareas feministas en el espacio iberoamericano. Las movilizaciones para reclamar derechos o protestar en contra de la violencia patriarcal se han hecho clamor en las calles, en los espacios sociales autogestionados e incluso en los circuitos comerciales y masivos. Esas luchas sociales por revertir marcos legales restrictivos y las movilizaciones ante la insoportable violencia patriarcal han ido mano a mano con una progresiva presencia de los estudios de género y sexualidades en las universidades.
