La entrada de Europa en la Contemporaneidad estuvo marcada por conflictos, tanto internacionales como internos. Las contradicciones causadas por la Modernidad fueron solventadas, más de una vez, en el campo de batalla. En el contexto del convulso siglo XIX español las guerras carlistas representaron la pugna entre aquellos que querían continuar implantando la revolución liberal burguesa, por un lado, y quienes defendían el mantenimiento de los privilegios heredados del Antiguo Régimen, por el otro lado. El conflicto vehiculó buena parte del siglo y estalló en guerra civil abierta en tres ocasiones. A la finalización de la última de ellas en 1876 le siguió una nueva lucha en esta ocasión por la apropiación del relato de las mismas. En este sentido, ambos bandos implementaron una agencia de conmemoración que buscaba crear una memoria propia sobre el conflicto. Para ello se emplearon diferentes recursos como publicaciones periódicas en prensa, obras bibliográficas de marcado sesgo político, cambios en la nomenclatura del callejero urbano o conmemoraciones anuales. No obstante, la erección de monumentos conmemorativos, por sus rasgos, objetivos y significación, adquirió una importancia capital como herramienta mnemónica en la creación y renovación de dichos relatos. Su materialización en un espacio público y compartido, junto a la instauración de un marcado ritual, hicieron de ellos verdaderos lugares de memoria. En este artículo se explora la intrahistoria de varios monumentos carlistas y liberales poniendo especial atención en sus características, rituales, momentos de construcción, evolución posterior y estado actual. De esta manera reconstruimos el proceso por el cual estos monumentos se convirtieron en lugares de memoria y lo que representaron para la sociedad del momento. De la misma forma, ponemos atención a su declive y estado actual para observar cómo y porqué fueron destruidos, resignificados y/o abandonados. Concluimos con una serie de reflexiones sobre memoria, patrimonio, monumentos y poderes estatales.
Europe’s entry into the contemporary age was marked by conflict, both internal and international. The contradictions caused by modernity were solved, more than once, on the battlefield. In the conflictive context of 19th century Spain, Carlist wars represented a clash between those who wanted to continue introducing the changes produced by liberal, burgeois revolution, on the one hand, and those who defended the maintenance of the Ancient Regime privileges. The conflict was present along great part of the century and broke out into three civil wars. The end of the last one, in 1876, was followed by a new clash, in this case concerning the appropriation of the wars narrative itself. Both liberals and Carlists, implemented a commemorative agency intended to create their own memory about the conflict. In order to achieve their objectives, they applied to different resources such as periodical publications in the press, bibliographic works with a marked bias, changes in the nomenclature of the urban street map, and annual commemorations. However, the erection of commemorative monuments –due to their features, objectives and significance– acquired capital relevance as a mnemonic tool in the creation and renewal of said stories. Their materialization in a public and shared space, along with the establishment of defined rituals, turned them into genuine lieux de memoire. This paper explores the intra-history of a variety of both Carlist and liberal monuments. We focus on their characteristics, rituals, subsiquent construction moment evolution and present state. In this way, we reconstruct the way these places became lieux de memoire and what they have represented to the society of the moment. Likewise, we pay attention to their decline and current state to observe how and why they were destroyed, given new meaning and/or abandoned. We conclude with a series of reflexions on memory, heritage, monuments and state powers.
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