Magda Rafecas, Irene Bretón Lesmes, Araceli Díaz Perales, Ángel Gil Izquierdo, María Puy Portillo Baquedano, Ana María Rivas Velasco
El término antioxidante se refiere, de forma general, a la propiedad de algunas sustancias de prevenir el daño oxidativo. El estrés oxidativo es uno de los mecanismos etiopatogénicos de un elevado número de patologías que presentan una alta prevalencia en nuestra sociedad y numerosos estudios se han encaminado en los últimos años a demostrar las propiedades beneficiosas de la ingesta de compuestos potencialmente antioxidantes, promoviendo y alentando el consumo de estas sustancias. Por ello, tanto el interés de los consumidores hacia la ingesta de sustancias con propiedades antioxidantes como la oferta de alimentos y complementos alimenticios que poseen pretendidos efectos antioxidantes se han visto incrementados notablemente. Por otro lado, algunas sustancias antioxidantes han mostrado comportamientos contradictorios ya que, en determinadas dosis o condiciones, pueden resultar prooxidantes.
Los metales divalentes cobre, manganeso, selenio y zinc han demostrado contribuir a la protección de las células frente al daño oxidativo actuando como cofactores de sistemas enzimáticos antioxidantes. Estos minerales cuentan con la aprobación de declaraciones de propiedades saludables relacionadas con la protección de las células frente al daño oxidativo en el marco reglamentario europeo.
La suplementación de cobre, manganeso, selenio y zinc a través de alimentos enriquecidos y complementos alimenticios en la población adulta sana resulta ser segura en las condiciones establecidas por la normativa europea. Por otra parte, la bibliografía científica sugiere que estos metales, en determinadas dosis o condiciones, podrían tener efectos prooxidantes. Se recomienda la realización de estudios con una adecuada metodología para evaluar en profundidad estos efectos y bajo qué condiciones se producen, así como los efectos adversos que pudieran derivarse de los mismos.
Además, en el caso de mujeres embarazadas o lactantes, niños, ancianos y personas con determinadas patologías, solo deben consumirse complementos tras haberlo consultado con un profesional sanitario, ya que hay poca información sobre la seguridad de muchas sustancias en estas etapas y, a veces, pueden tener interacciones con medicamentos. En ningún caso deben sustituir al uso de medicamentos sin una supervisión médica adecuada.
Las cantidades máximas de minerales que se podrían usar en los complementos alimenticios por dosis diaria de consumo recomendada por el fabricante, así como la que se podrían añadir a los alimentos, se deberían establecer teniendo en cuenta los niveles máximos de seguridad de vitaminas y minerales y la ingesta de vitaminas y minerales a partir de otras fuentes de alimentación, tal y como ya prevé la Directiva 2002/46/CE sobre complementos alimenticios y el Reglamento (CE) Nº 1925/2006, sobre la adición de vitaminas, minerales y otras sustancias determinadas a los alimentos.
The term antioxidant generally refers to the property of some substances to prevent oxidative damage. Oxidative stress is one of the etiopathogenic mechanisms of a large number of pathologies with high prevalence in our society, and numerous studies have been directed in recent years to demonstrate the beneficial properties of the intake of compounds with antioxidant potential, promoting and encouraging their consumption. Therefore, consumer interest in the use of substances with antioxidant properties and the supply of foods and food supplements with alleged antioxidant effects have increased considerably. On the other hand, some antioxidants have shown contradictory behaviours since, in certain doses or conditions, they can become prooxidants.
The divalent metals copper, manganese, selenium and zinc have been demonstrated to contribute to the protection of cells against oxidative damage by acting as cofactors of antioxidant enzyme systems. These minerals have approved health claims related to the protection of cells against oxidative damage under the European regulatory framework.
The supplementation of copper, manganese, selenium and zinc through fortified foods and food supplements in the healthy adult population is safe under the conditions laid down by European regulations. On the other hand, scientific literature suggests that these metals could have prooxidant effects in certain doses or conditions. It is recommended that studies be carried out with an adequate methodology to evaluate these effects thoroughly and under which conditions they occur, as well as the adverse effects that could derive from them.
In addition, for pregnant or lactating women, children, the elderly and people with certain pathologies, supplements should only be taken after consultation with a health professional since there is little information on the safety of many substances in these stages and, sometimes, there may be interactions with medications. In no case should they replace the use of medicines without proper medical supervision.
The maximum amounts of minerals that could be used in food supplements per daily intake as recommended by the manufacturer, as well as the amount that could be added to foods, should be established taking into account the maximum safe levels of vitamins and minerals and the intake of vitamins and minerals from other food sources, as already provided for in Directive 2002/46/EC on food supplements and Regulation (EC) No. 1925/2006 on the addition of vitamins and minerals and of certain other substances to foods.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados