Eugenio Martínez Hurtado, Ana María Gómez García
Los anestésicos, los opiáceos y los relajantes musculares pueden deprimir la respiración y otros procesos vitales hasta el extremo de producir la muerte si no se mantiene la ventilación. De modo que estos fármacos se han empleado para la eutanasia, el suicidio y las ejecuciones. Los criminales también han reparado en las posibilidades letales de los anestésicos, y durante los años recientes se han cometido homicidios empleando hipnóticos, anestésicos generales inhalados, opiáceos y relajantes musculares 2,3.
Un análisis de 523 homicidios por envenenamiento ocurridos entre 1.999 y 2.005 revela que la tasa de estos envenenamientos está aumentando, y que un 65% implican el uso de medicamentos.
Se presentan 5 casos en los que los autores del artículo aportan sus experiencias para informar a los anestesistas de que la prevención del uso recreacional de las drogas es importante, y para aconsejar sobre cómo ayudar a los jueces.
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