Las políticas multiculturales implantadas en Europa para acomodar a las diferentes expresiones culturales en el marco ético, jurídico y social de sus sociedades, han puesto de manifiesto el desafío que conllevan cuando toman como actor de su programación al islam. Buena parte de la opinión pública entiende que estas políticas han fracasado, y que en ciertos aspectos precipitan estrategias propias del fenómeno yihadista; para otros sectores sociales, la respuesta al hecho social de la multiculturalidad no puede tener otro significado que el de proteger, hasta un cierto límite, las expresiones de la cultura islámica. El objetivo de este artículo es presentar la fuerza argumental de ambas dialécticas con una metodología comparativa entre ambas, cuyo resultado alcanza a otorgar mayor justicia y solidez al razonamiento que esgrimen quienes ven en el multiculturalismo uno de los indicadores de la calidad democrática de una sociedad, además de rechazar de plano su alineamiento con aquella fenomenología criminal
Multicultural policies implemented in Europe to accommodate different cultural expressions in the ethical, legal and social framework of their societies, have made clear the challenge involved taking as an actor in its programming to islam. Much of the public understands that these policies have failed, and that in some ways they precipitated strategies of the jihadist phenomenon; for other social sectors, the response to the social fact of multiculturalism cannot have another meaning that the project, up to a certain limit, the expressions of Islamic culture. The aim of this article is to present both dialectical argument strength with a comparative methodology between the two, whose result achieves to grant greater justice and solidity to the reasoning put forward those who see in the multiculturalism one of the indicators of the quality of democracy of a society, in addition to reject drawing their alignment with the criminal phenomenology
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